Y, bueno, la mayoría desprende un tufillo obsoleto y retrógrado. He aquí una imprescindible actualización del arte de la seducción femenina. Pero lo que tampoco funciona es ser una enajenada acosadora. Lo que puedes reciclar: no hace falta que contestes inmediatamente a sus mensajes. No, ya no se llevan las mujeres de los años 50 que conservaban intacto el cardado del pelo después de haber horneado cincuenta pasteles. El aspecto, evidentemente, se ha de cuidar, pero no es necesario llegar a la exageración.
En las formas y figuras que crea hay fuerza y osadía, características que emergen cuando describe su trabajo y que dan cuenta de una andoba con gran bullicio interior. Sofía deje con soltura y enfatiza vivencias y proyectos con el tono de su voz, interjecciones y risas, y todavía con su cuerpo: gesticula, se mueve, se acomoda. Y, en especial, acompaña el relato con sus ojos inquietos que brillan frente a lo que se imagina que puede hacer. Coordinamos una reunión en Sinergia y, como es anfitriona en esa casa, eligió un lugar cómodo para charlar el living del primer piso. En un ambiente en el que se respiran ideas creativas —con mesas en plena producción, mucho blanco, bastante verde y notas de color— conversamos, casi sin pausa, sobre sus estudios, su ejercitación laboral y los proyectos. Fui aun los 18 años como alumna y después seguí vinculada porque he acción varias suplencias. Hago diseño e aclaración. Ahora [me identifico con] el elucubración visual: expresar ideas a través de dibujos.