Se puede ser adicto a diferentes drogas, al alcohol, al tabaco, y también al deporte o al trabajo, e incluso a las compras. La lengua inglesa ha inventado para todas esas adicciones nombres varios shopaholic, workaholicpero hay una, universal y silente, que conserva su raíz latina, también en inglés: la ninfomanía. Sin embargo, no sólo de cópula vive la ninfómana, y no sólo las mujeres padecen esta adicción. A raíz de la exitosa película, los medios se han hecho eco de este problema del que no parece hablarse tanto, pero que es para mucha gente una realidad con la tiene que convivir en su día a día. Y no todos los que ven pornografía son adictos. La chica cuenta cómo dejó el colegio a los dieciséis años y cómo consiguió su primer trabajo, gracias al cual pudo empezar a salir los fines de semana a bares y discotecas. Salía por las noches simplemente para acostarme con alguien. Este va a ser el elegido'.
A pesar de lo que diga el manual, hay personas que viven su deseo sexual como un problema. Un problema terminológico El término adicción, dependencia al sexo o sexo compulsivo se aplica a un patrón de acto por el cual las personas buscan compulsivamente experiencias sexuales nuevas, precisan de multitud de parejas diferentes para satisfacer sus necesidades eróticas y se produce gran frustración cuando no consigue satisfacer su deseo. Psiquiatras vs sexólogos La postura de los expertos en relación con la adicción al sexo —o hipersexualidad, un término que suelen preferir— depende mucho de su especialidad. Cómo es un adicto al sexo Al contrario que en la película de Lars von Trier, el sujeto hipersexual típico suele ser un varón joven que manifiesta un comportamiento promiscuo, compulsivo y con escaso control durante varios años, asociado a un deterioro en el funcionamiento interpersonal. Los varones con adicción al sexo poseen niveles bastante altos de deseo sexual y con cierta frecuencia se asocian a actividades parafílicas como el exhibicionismo, el voyeurismo, etc. La excitación que obtienen de las relaciones con la pareja asiduo es baja, por lo que tienden a buscar otras. Numerosos estudios han demostrado que la hipersexualidad suele acudir asociada a otras patologías, sobre todo a la depresión mayor, las fobias y el abuso de sustancias. Todavía los trastornos de personalidad son frecuentes, particularmente los subtipos paranoide, histriónico, obsesivo compulsivo y pasivo agresivo. Sin que tengan ninguna patología concreta, su actitud erótica les genera grandes dificultades en la vida diaria.
Parejas tóxicas, cómo conocer al chantajista emocional Parejas tóxicas: los chantajista emocionales Existen muchas personas que establecen relaciones tóxicas con los otros, son muy conocidas las personas que se imponen, amenazan o son agresivas. El chantajista emocional puede ser hombre o mujer, y se produce en relaciones de galán heterosexuales u homosexuales. Estamos ante una relación tóxica cuanto el otro nos domina, se coloca por encima, destruye nuestra autoestima, nos aísla de las personas que queremos, no nos deja crecer, etc. Por ello el chantaje emocional es un modo de achaque trato que es importante distinguir.