Doctorante en antropología social por la Escuela Nacional de Antropología e Historia. Para ello se le da la voz a las mujeres que han elegido voluntariamente no ser madres, a fin de conocer los procesos que las llevaron a tomar esta elección, así como las experiencias y presiones sociales a las que han estado sujetas por no cumplir con el destino materno asignado teleológicamente a sus vidas. Destaca la necesidad de contextualizar el momento histórico bajo el cual fue posible que las mujeres pudieran tener acceso a este derecho reproductivo, que ha sido un eje de lucha del movimiento feminista, al exigir la autonomía de controlar sus cuerpos para decidir libremente la maternidad. Plantea, asimismo, que la maternidad es un tema complejo, que no puede ser reducido solamente a lo cultural o, en su defecto, a lo biológico, sino que se entreteje con el nivel del inconsciente y por tanto del deseo. Palabras claves: Maternidad, elección, derechos sexuales, derechos reproductivos, presiones sociales. Las entrevistadas son mujeres que con capacidad de reproducirse en la medida en que sus cuerpos biológicos contaban o cuentan con esa capacidad potencial, han optado por no hacerlo, por no procrear, por posponer los hijos, por no ser madres y, algunas de ellas incluso la mayoría por no ser ni esposas ni amas de casa tradicionales.
Existe en nuestra sociedad algo peor que no querer ser madre. Pensar y, sobre todo, decir que ha sido un error haberlo sido. Donath recopila y analiza con agudeza 23 testimonios de mujeres que aseguran haberse contrito de haber sido madres. Las mujeres entrevistadas por Orna Donath no realizan tal afirmación, al contrario. Lo que emerge de la lectura de sus entrevistas es que de lo que se arrepienten es de no acaecer podido vivir sus vidas como efectivamente las hubieran querido vivir. Cuando se termina de leer los testimonios, una palabra acude de inmediato a la mente: libertad. La libertad de cualquier persona de vivir la vida como la quiera vivir y no de acuerdo con las convenciones ni las presiones de determinados ambientes ni de sus parejas. Porque ser madre, ya todavía cueste asumirlo, no es una obligación. Yo amo a esta familia.