Cómo perder la vergüenza en la cama Cómo perder la vergüenza en la cama Por Elia Tabuenca. Pasos a seguir: 1 Uno de los principales motivos por los que tenemos vergüenza en la cama es porque no terminamos de sentirnos del todo seguros de nuestro cuerpo. Pero para poder superar la timidez y disfrutar salvajemente de la experiencia es vital que superes esta inseguridad y que aprendas a aceptar tu cuerpo viéndolo como un pozo de sensualidad. Lo mismo si tu fuerte son las caderas, opta por un conjunto con liguero que sea la mar de sensual. Juega con tu cuerpo y explota tus virtudes para, así, disimular tus pequeños defectos. Deja que sea tu cuerpo el que hable y concéntrate solo en las sensaciones dejando, así, en un segundo plano todo aquello mental y racional. En este sentido, practicar la masturbación es una de las mejores herramientas que existen para poder conocer tu cuerpo en profundidad y, así, saber qué teclas tocar para que el encuentro sea placentero. En este artículo de unComo te contamos cómo masturbarse en pareja para que puedas disfrutar de este acto de forma conjunta.
Atrévete a hacerlas realidad La dominación de la pareja es una de las fantasías estrella. A veces hasta te revolucionan por dentro. Algunas las compartes con el resto. Incluso las haces realidad. Hablamos, por supuesto, de las fantasías sexuales y del placer que nos aportan. Los hombres, como las mujeres, todavía se excitan con el eficacia de la imaginación. No obstante, a veces les cuesta abordar sus deseos y reconocerlos como propios.
Puede que evites pensar o puede que le des vueltas en tu cabeza y que sientas vergüenza de lo que te pasa. En nuestro emporio sexologia de Barcelona podemos ayudarte. En otras épocas el sexo era culpa excepto en el matrimonio o para tener hijos, y el sentimiento de culpa afectaba a las relaciones sexuales. Paradójicamente, cuando el sexo se ha convertido en el paraíso, la obligación de tener un gran sexo todavía es fuente de miedos, bloqueos y en algunos casos, de fobia. No tiene nada que ver con tu pareja, puede ser que la tengas y que estés enamoradísimo. El alarma al sexo no tiene nada que ver con el compañero sexual, estrella con el hecho de tener amistades íntimas. Te sientes incómodo, intimidado o aburrido con cualquier tipo de ósculo físico: abrazos, caricias.
Y se le acercó para hacerle fiestas y gestos agradables. Pero el angelito, espantado, forcejeaba al acariciarlo la aporreado mujer decrépita, llenando la casa con sus aullidos. Una vela chica, temblorosa en el horizonte, imitadora, en su pequeñez y aislamiento, de mi edad irremediable, melodía monótona de la inquietud, todo eso que piensa por mí, o yo por ello -ya que en la grandeza de la circunloquio el yo presto se pierde-; piensa, digo, pero musical y pintorescamente, sin argucias, sin silogismos, sin deducciones. Tales pensamientos, no obstante, ya salgan de mí, ya surjan de las cosas, presto cobran demasiada intensidad. La energía en el placer crea malestar y sufrimiento positivo. Y ahora la bajura del cielo me consterna; me exaspera su limpidez. El estudio de la belleza es un duelo en que el artista da gritos de terror antes de caer vencido. El garañón, sin ver al gracioso, siguió corriendo con celo hacia donde le llamaba el deber.