Un tipo se acerca y una de ellas abre la puerta; cruzan un par de frases y él entra a la vitrina. Una cortina se cierra tras los dos personajes. Las luces de neón y las nubes espesas de marihuana que flotan en el aire crean un ambiente denso; da la sensación de estar recorriendo una película de Martin Scorsesse. Se escuchan varios idiomas. Dos parejas llevan a sus niños de las manos. Otros viejos, jóvenes, adultos. Otra vitrina ofrece vibradores de todos los tamaños y otra tiene una carta de marihuana y hongos alucinógenos. Al frente de todo esto hay una iglesia con sus puertas abiertas.
Testimonio: Infidelidad Redescubrí la pasión con un extraño Éramos la pareja perfecta alce los ojos de la gente. Empero mi vida sexual era de pena. Gracias a otro hombre descubrí mi potencial para dar y recibir placer, exploré mis fantasías y mi cuerpo. Una relación envidiable, de esas que son amigos sobre todas las cosas, con los mismos intereses y los mismos gustos. Pero algo faltaba. Época la típica mujer casi asexual, ganancia de una crianza que yo creía moderna, por aquello de que me explicaron muy bien cómo se hacen los niños y todo eso, cuando en realidad lo que deberíamos conocer es que los niños hay que hacerlos preferiblemente sintiendo placer. Si a eso le sumamos unos principios morales muy restrictivos sobre el sexo, ya tenemos el cóctel de mujer totalmente desconectada de su cuerpo y su sexualidad. Tuve relaciones sexuales solo con mi marido, apenas había tonteado de adolescente, algunos morreos y un equivalente de toqueteos que no llegaron a mayores. Nunca me masturbé, aunque sí recuerdo despertarme alguna vez en centro de la noche excitada.
Que algo no sea claro y exequible nos resulta a veces un acicate, sobre todo cuando se refiere al sexo El deseo es un auténtico cóctel químico. Para las mujeres, sin embargo, depende de las fluctuaciones hormonales. Ellas suelen sentir una mayor inclinación a buscar encuentros sexuales durante el periodo de ovulación o incluso durante la regla. Pero hay que reconocer que depende de cada mujer; si les preguntas directamente, cada una te puede dar una respuesta distinta. Acudir directamente a la caza de antedicho deseo nos puede llevar a no encontrarlo. Sin embargo, no todo es terreno baldío.