Sevilla RESUMEN En el cancionero escatológico y obsceno en torno al trasero, se juega a la vez a exaltar el placer de lo bajo invirtiendo el orden de la moral y las convenciones y a degradar y deformar lo corporal, allanando el terreno para una utópica y animal igualdad. Esta lógica festiva, grotes- ca y ambivalente, sugiere no solo la doble faz de lo carnal y material sucio y pecaminoso, a la vez que fuente de vida y fertilidadsino la sempiterna lucha de contrarios, que habría de acti- var la cósmica rueda de nacimiento, muerte y resurrección. Revista de Dialectología y Tradiciones Populares, vol. Así, recogí, por ejemplo, innumerables villancicos que hacían burla de un San José torpe, calzo- nazos, glotón, borracho, putero y meón, un dechado de virtudes que venía no solo a humanizarle, sino a degradar su condición santa, muy en la lógica de la inversión de roles carnavalera, propiciada por los días festivos entre Navidad y Reyes3. Tin, tin. El viejo cagón. Pase usted, pase usted, pase usted.
Las memorias de aquel evento me marcaron como mujer. Y sentaditos al lado del pastel estaban los recién casados: la glamorosa Barbie y el guapísimo Ken. Como niña al fin, pensaba que para toda mujer existía un maravilloso Ken. Estoy hablando de que nos hemos rebajado de tal faceta, que hasta nos da vergüenza admitir lo idiotas que fuimos. A cien pensamientos por segundo empezó a agenciárselas desesperada en los archivos de su mente una respuesta inteligente. Se moría por impresionar a este gringo ojiverde, quien podría convertirse en el expectación padre de sus hijos.
El negocio de la prostitución se ha disparado con la crisis económica. Especialmente delicado es el caso de los jóvenes que venden su cuerpo para salir adelante. Hay que tener una formación», dice. Concha Borrell repite esa frase una y otra vez en sus clases de prostitución. Sus alumnas son seis chicas que quieren anatomía prostitutas. La lección empieza a primera hora de la mañana en un aula que Concha ha alquilado en el centro de Barcelona.
No te llama Los chicos, por estereotipo, siempre hemos dado el primer paso. Así pues, si pasan los días y él no ha dado señales de vida ni te ha emisario tres docenas de rosas o un pequeño pedrusco de Cartiermal asunto. Lo dicho; si no llama, mosquéate. Pensad en la situación: Acaban de presentaros a alguien y os ha ancho. Probablemente, a las mujeres os pasa que vuestros impulsos se dividen entre la timidez que os lleva a evitar mirarle a los ojo y las ganas, precisamente, de mirarlo todo el rato. A la inversa sucede lo mismo, sólo que los hombres tenemos que mostrar una falsa efecto de seguridad en nosotros mismos y tenemos que evitar apartar la ojeada porque puede interpretarse un signo de timidez y hacernos bajar la guardia. No te toca No, no me refiero de esa manera, que todavía, o sea, tampoco. Vamos, que no te toca de ninguna forma.