Celestina se asocia al adjetivo latino caelestis, el cual indica «sublime, celestial, color celeste». El nombre evoca mundos puros, angélicos y celestiales. A primera vista, los nombres escogidos por los autores pueden referirse al uso del recurso de la antífrasis. Es legítimo pensar igual acerca de Celestina, protagonista principal, cuyas andanzas suelen ir acompañadas de la voz alcahueta, término despectivo y de mala reputación, a lo largo de la obra. Una primera de contratación de servicios en la que el héroe y sus subordinados muestran gran respeto asociado a calificaciones afectuosas; una segunda fase tras la desaparición de la vieja, el emir la injuria con malévolos comentarios. Los apelativos que recibe Celestina, dirigidos directamente a ella o pronunciados en apartes o en conversaciones durante su ausencia, oscilan entre adulación interesada, insultos adherentes a su profesión o afectivos por parte de las mozas
Después que, desembarazada, el alma se vio ociosa sin la traba de los sentidos exteriores, me embistió de esta manera la comedia siguiente, y así la recitaron mis potencias a oscuras siendo yo para mis fantasías audiencia y teatro. Fueron entrando unos médicos a caballo en unas mulas que con gualdrapas negras parecían tumbas con orejas. El paso era divertido, torpe y desigual, de manera que los dueños iban encima en mareta y algunos vaivenes deserradores. La vista asquerosa de puro pasear los ojos por orinales y servicios; las bocas emboscadas en barbas, que apenas se las hallara un braco; sayos con resabios de vaqueros; guantes en infusión, doblados como los que curan; sortijón en el pulgar, con piedra tan grande que cuando toma el pulso pronostica al enfermo la losa. Yo, viéndolos, dije: -Si de estos se hacen estos otros, no es mucho que estos otros nos deshagan a nosotros. Los medicamentos que estos venden, ya estén caducando en las redomas de puro añejos y los socrocios tengan telarañas, los dan; y así son medicinas redomadas las suyas. Venían todos vestidos de recetas y coronados de reales erres asaeteadas con que empiezan las recetas.
Estaba tan. Excitado por el polvazo que habia acostado que queria mas. Y tuvo mas. Le volvio a. Gozar el ojete a Pepi tres veces mas. Ya no. Le cabia mas calostro dentro, asi que toda estaba derramada por el apartamento. Parecia que. Jamás iba a salir.
De levante guisa. Ellos pueden disfrutar experimentando el placer que la madama controla a través de su ritmo y sus movimientos. De entre todo. El reino acémila, casi todas las criaturas se aparean adoptando esta actitud. El perrito. Se convierte por ello en la favoritismo de aquellos que quieren ahuyentar del álveo la biografía civilizada del trabajo, las tareas domésticas o la cortesía cotidiana.