Portada La infidelidad amorosa es tan antigua como el género humano. Se ha traducido a todas las lenguas. Por eso me pareció que valía la pena ponerse a averiguar de dónde procede esa expresión y, para empezar, encuentro que los cuernos siempre han formado parte de proverbios y enseñanzas en la sabiduría popular. El cuerno llegó a ser tan importante en la vida diaria de nuestros antepasados que de él proviene el nombre Cornelio, porque se creía que le garantizaba prosperidad a quien lo llevaba. Recuerden que en aquellos tiempos la abundancia se representaba con un cuerno gigantesco que arrojaba riquezas. Los antiguos fenicios, que fueron los primeros en navegar por los mares del mundo, creían que quemando el cuerno de un venado o de una cabra ahuyentaban a las serpientes y todos los animales ponzoñosos. Hecho polvo, se le usaba para fortificar las encías debilitadas de los ancianos y para purificar las aguas de beber. Hasta la Luna tiene cuernos.
Ezequiel Atalaya para Israel 26 Ezequiel 1—24 Introducción Mediante Ezequiel el Señor dio a Israel un mensaje de advertencia y reprobación, de justicia y juicio, de misericordia y amor que no dio lugar a dudas en cuanto a su indignación por la falta de rectitud del pueblo, y a su deseo de que todos se arrepintieran. Enseñó que nadie puede rechazar el consejo del Señor y burlar de los juicios que inevitablemente acompañan a la justicia, y que tienen como finalidad limpiar la iniquidad del alma. Estos principios se aplican baza a las personas como a las naciones. En la época de Ezequiel el pueblo del pacto del Señor lo había rechazado y tenía apremio de ser purificado en hornos de aflicción y pesar a fin de apartarse de sus sendas inicuas.