Mi reflexión tiene el tono de una homilía. Espero que la longitud no desanime a algunos de los lectores habituales del blog. Si esta pregunta la hubiéramos formulado hace 50 o 60 años, hubiera estado acompañada, con bastante probabilidad, por sentimientos de culpa y hasta de angustia. Se veía a Dios como el controlador que tomaba nota de nuestros deslices sobre todo, en el campo sexual para amargarnos la vida presente y castigarnos en la futura. Hoy, víctimas de los vaivenes históricos, hemos pasado al extremo contrario. No merece la pena, pues, romperse la cabeza con este tipo de cuestiones o esforzarse por responder con rectitud.
Empero, el sexo es mi comida y bebida. Muy sexual ,la tengo siempre dura, me gusta comer el concha y tenerte gemiendo de placer. Eso me pone la polla como una Roca, para meterla hasta el abecé Uuuf , qué lindo. Solo asistenta U chicas para Trío. Vamos en un hotel, club liberal U adonde quieras Cariño. La tengo tensa para ti. Esta linda y tensa Gallina te espera Cielo.
Y así fue, así ha sido. Ya digo: es algo que me ha acompañado a lo largo de toda mi existencia, a lo que hay que añadir esa sensación de siempre acabar donde no me concierne, estar lo que no corresponde, ser quien no soy. Al final no soy yo quien lo cumple, mi acaso, y tal vez por ello otra persona viva en realidad mi biografía o cumpla lo que me hubiera sido destinado sólo a mí. Antedicho de otro modo, que si lírica un camino, era siempre el acceso equivocado y por eso había llegado, por ejemplo, a Barcelona cuando debía ser otra la ciudad en la que tendría que vivir o acaecer elegido como destino.