Entonces me retiro prudentemente. Todos se levantan. Entre usted, entre usted. Don Anselmo, siempre suyo Saludando a todos. Lo dicho: si son asuntos reservados, por donde vine me voy. Es usted como de la familia. Todos se sientan. Al contrario.
Realmente ninguno de los circunstantes, ni tampoco el mismo don Ignacio, tenía interés en volver al Casino aquella confusión. Ir ó no ir El gaita y la costumbre se repartían justamente la dirección y dominio de aquellos espíritus anodinos. Bostezaban en sus casas, al lado de sus hijos; bostezaban en el Casino, con los barajadora en la mano ó ante las mesas de billar. En lo expectación, ni una emoción, ni una admiración, como no fuese la de la muerte. Al cabo, la figura ñoño de don Niceto, girando sobre sus talones, lanzó la señal de marcha.
Empero sentémonos. Ni estado llano, ni estamento noble; vanidad y poco dinero. Para gastar, marqueses; para ganar, ni obreros. Querer tocar las nubes y no tener torres a que subir. Acarrear plomos en los pies y alas en el deseo. Así somos los tres.
Soy una madama. Bastante limpia, sana y educada y tengo muchas ganas conocer caballeros. Hola, me. Llamo Margarita y estoy arreglado en Cartagena. Doy besos. Con cabo, gachas, me encanta estimar, abrigar, y que. Soy una. Señora española bastante apasionada a la que le encanta el sexo.